A finales del s. XVIII, la Junta de Obras del Puerto de Tarragona construyó el barrio de la Marina en la costa, y como los pescadores vivían en las “botigues de mar”, en la playa, se tuvieron que trasladar hasta el Muelle.
Pero a mediados del siglo XIX, la construcción de la línea ferroviaria Tarragona-Reus; otra vez obligó a los pescadores a trasladarse. Esta vez, hasta la orilla del río Francolí.
Y finalmente, tras varios episodios de protestas, el 21 de agosto de 1865 se concedió un permiso real para edificar el barrio.
La primera época de urbanización del Serrallo es de finales del siglo XVIII. Y estaba formado por pequeños cobertizos de madera donde los pescadores dejaban las artes de pesca.
Progresivamente, aquellos cobertizos se transformaron en residencias, dando lugar a una topología de vivienda representativa del Serrallo, caracterizada por sus pequeñas dimensiones, sin lujos decorativos, y con amplios almacenes en los bajos. Según el tipo, las casas podían ser “de medio patio” con frontal a una sola calle, o “de patio entero”, con fachadas a dos calles.
El núcleo histórico del Serrallo nace alrededor de la plaza “del Pes”, “del Peso” (después renombrada de Narcís Monturiol y actualmente de Sant Magí), con una serie de episodios desprovistos de planificación urbana, que explican la estrechez de algunas calles.
Al cabo de 20 años, los Espinach se beneficiaron de sus negocios inmobiliarios, y promocionaron casas de alquiler. De hecho, del número 2 al 8 de la calle Espinach, son muestra de aquellas primeras casas.
La ampliación de las dependencias portuarias continuó y la acumulación de sedimentaos hizo ganar terreno a la mar.
El barrio crecía en población
El barrio crecía en población, y gracias a las gestiones del arzobispo Constantí Bonet, se inauguró la parroquia el año 1880. La iglesia es un edificio neogótico, de sólida construcción, con capacidad para 400 feligreses. Consta de tres alturas y destaca la calidad y el trabajo de los picapedreros.
Puesto que durante el último tercio del siglo XIX el Consistorio no atendía las necesidades del Serrallo, el arzobispo Bonet pagó la construcción de una Rectoría para que también hiciera las funciones de escuela. Frente la iglesia existe una plaza triangular donde durante muchos años se arreglaban las redes. Y desde el 1994, es presidida por un momento de bronce, dedicado a la familia pescadora, obra del escultor Josep Agustí, formando así una harmonía con otras esculturas del paseo marítimo.
El Serrallo vivió su segundo gran período de urbanización, entre 1915 y 20, cuando el Puerto cedió solares para favorecer la industria pesquera y se crearon las calles de Sant Pere “San Pedro” i de Gravina. De esta época se conservan diversas viviendas de “patio entero”. En los años 30, la densificación de parcelas fue enorme y otra vez se construyeron edificios de una sola fachada. De esta época son la mayoría de edificios donde confluyen las calles de Gravina y Sant Andreu “san Andrés”.
El tercer momento de urbanización en el Serrallo tuvo lugar en la década de los 40 y 50 con la construcción de las calles de Salou y Lepant “Lepanto”. El Instituto Social de la Marina promocionó el Grupo de Viviendas Virgen del Carmen para mejorar las condiciones de los pescadores.
El grupo de viviendas de la calle Salou, dirigido por Josep Anton Coderch, está formado por planta baja y tres alzados en perfecta simetría. En la zona de los bajos, encontramos pequeños almacenes o “botiguetes” para almacenar los utensilios pescadores.
Inicialmente, delante existió una plaza semicircular muy indicada para el mantenimiento de las redes. El segundo grupo de viviendas de la calle Lepant, lo dirigió Joan Zaragoza y su construcción fue aún más simple, reduciendo un piso y eliminando los bajos para economizar los costes.
De caótico a la actualidad
En definitiva, originariamente el Serrallo fue caótico y huérfano de trazados: un barrio esencialmente popular, con una gran cantidad de solares en cada manzana, caracterizado por un déficit infraestructural y de servicios. Muestra de ello son las múltiples inundaciones provocadas por los desbordamientos del río Francolí.
La remodelación, a partir de los años 80, de las infraestructuras del barrio y especialmente, de la fachada marítima a partir del 2000, ha dignificado las condiciones de vida, pero también ha provocado la pérdida de algunas señas de identidad y desfigurado parte de su paisaje urbano.
Des de cualquier terraza de la calle Trafalgar se divisa la maquinaria pesada i los camiones del Puerto. Y paralelamente las barcas de pesca ofrecen una continuidad de la temática de la pesca. Tras los cambios urbanísticos, en este nuevo escenario pescador, paradójicamente, los pescadores son prescindibles.
El s meus Avis eran Pascados hi vivian al Carrer Sa Pera,al Avi es deia Ignasi Casanovas Masvidal,la Àvia Maria Escoda Verge, la Casa era de propietat hi van viurà asta apruximadamen al 1925.asta ca van vano a Barcalona per motius de en fermat ,al meu Avi tania un jerma ca as deia Domingo hi may vam sapigué res de ell,no se al parque hi jo sentu no tindrà comunicació amb algú dels seus descendents.jo ting 88 anys.astimu mol Tarragona.
Gràcies per compartir la vostra història amb nosaltres. Ho sentim, no coneixem el Sr. Domingo, però esperem que si algú el coneix afegeixi un comentari.